La importancia de Santa María en el catolicismo es evidente en el hecho de que muchas iglesias católicas contienen altares laterales dedicados a la Virgen María. Los testigos aseveran que se han entregado mensajes a la humanidad en los principales lugares religiosos donde se asevera que se han producido apariciones o apariciones de la madre. Estas apariciones prodigiosas de la Madre María han solicitado, en la mayor parte de las ocasiones, el rezo del Rosario de plata grande.
La Santa María fue traída al mundo, primero por el propio Beato Domingo, quien al retirarse a un bosque para orar continuamente durante tres días y noches por la conversión de los herejes y pecadores albigenses, cayó en coma. La historia del Rosario de plata grande cambia y muchos piensan que el Rosario de plata grande se le dio a Santo Domingo en una aparición de la Virgen María en mil doscientos catorce.
Las cuentas son sencillamente una forma más simple de llevar la cuenta del número de Avemarías que has efectuado. Sus dedos se van a mover sobre las cuentas mientras recita las oraciones, y al no tener que llevar la cuenta en su cabeza va a poder concentrarse en el efecto completo de cómo rezar el Rosario de plata grande católico. La primera versión del Rosario de plata grande se produjo en los siglos III y IV.
En ese instante, la mayoría de las personas no sabían leer ni redactar, pero eran capaces de memorizar y recitar una serie de solicitudes cortas. Pero, al concentrarse en la oración, era difícil llevar la cuenta del número de oraciones que se rezaban. Por eso, la gente hacía nudos en las cuerdas o bien utilizaba pequeñas piedras o bien guijarros para representar cada oración y de esta forma poder llevar la cuenta de la cantidad de oraciones que rezaban.
El primer juego de Rosario de plata grande constaba de un total de 150 cuentas. Este número tiene un gran valor religioso, en tanto que se relaciona con el conjunto de salmos contenidos en la Santa Biblia. Estas cuentas son muy útiles para quienes no tienen acceso a estos cánticos escritos y procuran una forma de poder practicar el número correcto de oraciones de forma regular.
Un practicante religioso puede mover fácilmente su dedo mediante las cuentas una por una para completar toda la sesión. Las primeras cuentas del Rosario de plata grande habrían tenido un aspecto muy diferente a las que se utilizan actualmente. El primer Rosario de plata grande cristiano tenía 150 cuentas que representaban los 150 salmos que recitaban los frailes como una parte de sus oraciones diarias.
La historia revela que en el siglo IV los frailes del desierto usaban un sistema para contar las oraciones mediante una serie de piedras o nudos en una cuerda. En la temporada medieval, el empleo de las cuentas del Rosario de plata grande fue adoptado por los laicos, en tanto que muchos no sabían leer, y la recitación repetitiva y regular del Pater Noster (Padre Nuestro en latín), y más tarde del Ave María, mientras meditaban en las cuentas de oración era una forma de enseñar su devoción a su fe cristiana.
Se anima a los católicos a rezar el Rosario de plata grande como pide María, y se cree que cuando se recitan en grupo, las oraciones tienen cierto poder sobre la oración individual. La primera de estas victorias militares de las que se tiene noticia fue el 7 de octubre de mil quinientos setenta y uno en Lepanto.
Don Juan de Austria dirigió la batalla victoriosa contra la flota turca. Antes de la batalla, los miembros de la Cofradía del Rosario de la plaza de San Pedro de Roma encabezaron una procesión y rezaron el Rosario de plata grande. Los tripulantes de más de 200 navíos y los cristianos de toda Europa rezaron el Rosario de plata grande como contestación al estímulo del Papa.
En reconocimiento a la intercesión de la Virgen, el Papa San Pío V ordenó a los fieles de la Iglesia que conmemoraran el Rosario de plata grande en esa fecha de octubre, bautizando la celebración como "Nuestra Señora de la Victoria". La devoción del Rosario de plata grande se remonta al siglo IX, cuando los monjes recitaban los 150 cánticos de las Sagradas Escrituras como una parte de su culto diario.
Con el tiempo, la gente se sintió atraída por esta hermosa y acompasada forma de oración. Aunque bastante gente deseaba hacer de esta oración parte de su culto, los cánticos eran muy difíciles de memorizar, y las copias del Salterio, que es el libro en el que estaban contenidos los salmos, no estaban fácilmente libres.
Por ello, se propuso al pueblo una alternativa: recitar una serie de ciento cincuenta oraciones del "Padre Nuestro" en vez de los 150 salmos. El crucifijo es una parte integral del Rosario de plata grande, y puede tener muchos diseños, desde los más fáciles hasta los más elaborados.
Algunos crucifijos son de madera pulida, al tiempo que otros están chapados o bien son de metales hermosos macizos. Los Rosario de plata grande con cuentas y metales hermosos suelen tener un crucifijo más elaborado. La bendita Virgen María hizo quince promesas a quien reza fielmente el Rosario todos los días.
La promesa en la que me voy a centrar es "Prometo mi especial protección y las mayores merced a todos y cada uno de los que recen el Rosario de plata grande". Cuando la Virgen María planta sus raíces en un alma, obra las maravillas de la gracia que solo ella puede producir.